Hoy me he ido a tomar algo por la noche con los amiguetes. Hay que aprovechar los días de fiesta, y como no celebramos reyes (cosas de los republicanos), pues podemos hacer planes menos familiares.
Eso es lo que debió de pensar la persona, que no esperó ni a que acabara el día 6, para tirar el árbol de navidad. Que por cierto había puesto sobre un horrible cubo de plástico.
Ya me imagino al marido vistiéndose a regañadientes para acatar las ordenes de la mujer, que no puede esperar ni al día 7, para dejar la casa organizada. Por que vamos a ser claros, si fuera por los hombres ese árbol aguantaba hasta el año siguiente, aunque no le quedara ni una hoja.