Los domingos lluviosos son perfectos para no salir de casa. Para andar todo el día en pijama y no acabar de despertarse hasta el lunes. Los de pelicula después de la comida y un poco de ordenador para leer el periódico.
Por más que lo intento no suelo sacarles más de provecho. Así que, como muestra de esto, el rincón de mi casa en el que vegeto.