Última noche en Barcelona, y sigo aprovechándome de la terraza de mi hermano.
Busco huecos en las vistas de la ciudad y me encuentro con estre cruce. Aprovecho el momento en que las calles se quedan desiertas por unos segundos y saco esta foto.
Mañana toca vuelta a Donosti, y al curro y a la vida diaria. Síndrome de domingo.